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Contacto

Secta del cuchillo y del coraje

sectadelcuchilloydelcoraje@gmail.com

A nuestros visitantes

Si usted quiere ser amigo

de la Secta del Cuchillo

y del Coraje, es sencillo:

Del buen tango sea testigo.

Tenga en cuenta que le digo

que hay que apreciar la dicción

con oído y corazón,

y saborear la armonía

que junto a  la melodía

nos regala el bandoneón.

 

iot

 

Nosotros

Carmen Helena Brugés

Bernardo Echeverry

Ana Lucia Jiménez

Olga Cecilia Guevara

Javier Navarro

Eduardo Serrano

 

 

Historia del berretín

Por los años de 1991 nos dimos cita por primera vez, en casa de Bernardo: Miguel y su efímero entusiamo, Jairo y sus virutas abandonadas; Luz Elena, Cielo y Freddy y "El Cachafaz" caleño todos y cada uno y una con sus firuletes más floridos y sus cortes y quebradas más generosos; Rocío Cárdenas y su enriquecedora sapiencia musical; Gloria Castro y Domenici y algún atisbo de promesa entre  ballet y tango; Pepe Zuleta, su risa ya casi legendaria y una audición a su cuenta; Checho y Clarita y sus credenciales con vida permanente para el Bolero y el Tango. En fin, más de un pariente y amigo queridos, han entrado en nuetra sancta santorum canyengue, han brindado con nuestros licores más espiritosos y disfrutado la exquisita magia culinaria de nuestras sumas sacerdotisas de la Secta, mientras todos nos sumergíamos en las purificadoras aguas del mejor Tango. Y no sería macana decir que, de una bohemia auténtica e interesante que aún pueda sobrevivir en nuestro medio, la Secta del Cuchillo y del Coraje es uno de los bastiones sonoros e invisibles: "con humor y amor" como diría el Chess Rano, hemos hablado de lo divino y de lo humano, tratando de no regalarle nada a los dioses y de no quitarle nada a los humanos, mojando la ironía con brandy cuando es posible, y el sarcasmo con cicuta cuando es necesario y el reconocimiento y el elogio con ambrosía cuando son merecidos. Sobra decir que, como todos, solemos equivocarnos; pero estamos seguros de que casi siempre nos equivocamos bien, no mal.

Bernardo