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Secta del cuchillo y del coraje

sectadelcuchilloydelcoraje@gmail.com

Segunda respuesta

15.10.2010 10:49

RESPUESTA DE BERNARDO ( sobre el mismo asunto).

Está largo y bien dicho. Pero es claro que hay algo más por decir. Por ejemplo: que el tango primitivo, el de los primerísimos años, ese que brotaba “del mundo prohibido de lo no oficial”, era eso: primitivo, es decir, elemental, sencillo, sin otras pretensiones que las de expresar sin refinamientos estéticos y sin siquiera pudores morales, la cruda desnudez de las pasiones del suburbio, la mayoría de ellas flores de cerco o de fango, es decir, rositas de arrabal. Si nos atenemos a la historia y a las fuentes más confiables, sabemos que esos primeros tangos eran musicalmente rústicos, (hechos por músicos callejeros) y de contera, literariamente procaces, cachadores o humorísticos y algunas veces bravíos como le gustaban a Borges, especialmente en sus variantes milongueras. Sólo que “Mi Noche Triste” tiende a hacernos olvidar con frecuencia que esos tangos del comienzo eran fundamentalmente improvisados y festivos, creados seguramente para derrotar al destajo, con sonrisas y altanerías populares, el tedio y la tristeza de una vida dura, precaria y casi siempre miserable.
Luego, ya se sabe, vendrían los Arolas, los Firpo, los Contursi, los Delfino y Cobián, en fín, los De Caro y Pugliese, los Discépolo y Homeros y…pare de contar, pues si ya se sabe….
Entonces, es cierto que el tango ha sufrido cambios y a veces dramáticos, como los inducidos por Piazzolla y ad-láteres; y que éstos a veces se alejan tanto del “tango-tango”, que en ocasiones simplemente se van de él; hacia regiones espléndidas, es cierto, pero en todo caso otras: la sonata, por ejemplo, la fuga, el cuarteto, el concierto, o la sinfonía. Pero también hacen “música de Buenos Aires”, como la quiso llamar el mismo Piazzolla, para tratar de eludir la avalancha fanática de sus críticos; en esa música, el tango aparece y desaparece, en un parpadeo que parece denunciar las cavilaciones de un género, que mira la ciudad que ha sido su cuna y su paisaje, en vertiginosa transformación, mientras ella misma (la ciudad) también parpadea, al no reconocerse en los daguerrotipos que le tomaron esas canciones de cuna, que son los tangos del 900 y ni siquiera en las maravillosas fotografías tomadas durante la fiesta azul de su adolescencia, allá por los años 30 y 40. ¿Y….no dizque el Tango es “la canción de Buenos Aires”?
Pero cualquiera puede preguntar: y ¿qué es el “tango-tango”?...Don José Gobello, o el propio Horacio Ferrer lo pueden definir mejor que yo, no faltaba más; pero a mí me parece que el Entrerriano, Don Juan, El Apache Argentino, El Choclo o el mismísimo Mi Noche Triste son tan profunda y nítidamente tangos, como la Yumba, A Fuego Lento, Adios Nonino, o Viejo Tortoni. Y para no hablar del incomparable Morocho del Abasto, creo que Charlo o Hugo del Carril cantaron con tanta excelencia el Tango, como Rubén Juárez o Raúl Lavié; lo mismo que la Orquesta de Firpo o la de Julio de Caro, interpretaban el tango a la maravilla, tanto como lo interpretan ahora las de Raúl Garello, Atilio Stampone o el Nuevo

Quinteto Real. Lo que pasa es que ayer fue ayer y hoy es hoy. Y esta diferencia no se la descuenta gratis el Tiempo a las cosas del hombre: el precio es el cambio y la obligada adaptación al mismo.
Ahora bien: una orquesta nueva integrada por jóvenes como El Arranque, o Sexteto Sur, para poner dos de los pocos ejemplos que conocemos, puede tocar y toca muy bien Milonguita, Recuerdo o Mala Junta, de la misma manera que una orquesta “vieja” integrada por músicos veteranos –la Orquesta del Tango de Buenos Aires, o el Quinteto Canaro- pueden tocar y creo que excelentemente, tangos de ahora. ¿Cuáles?. Los debe haber: de Juanca Tavera, Mario Iaquinandi, Eladia Blázquez, Héctor Negro, Chico Novarro, Cacho Castaña. No son tan jóvenes, es cierto, pero son de ahora. Están vivos y activos. ¿Habrá otros más jóvenes? Es probable. Sabemos poco y pueden ser pocos. Y ahí se abre una pregunta clave y grave: ¿porqué son pocos? Alguien dirá que ahora sí, el tango está agonizando!!!
Estamos en tiempos de profecías, fin de milenio, aires de Apocalipsis. Pero…cuando uno está agonizando, no son muchos los cortes y quebradas que puede hacer en las pistas del bailongo. Y según informaciones confiables y comprobables, las milongas de Buenos Aires se llenan de firuletes todos los días…. !Ah!, ¿que lo que se baila es el viejo tango instrumental? Probablemente. Y que ya casi no se oyen nuevas letras de tango? No lo discuto. Una de las artes de Terpsícore (la danza) eclosiona de nuevo; la otra (la poesía) languidece. La musa se viste de flores pero también de ramas mustias; primavera e invierno en un solo haz.
Pero ¿qué es lo que impide que la savia de la lírica ascienda hasta las ramas mustias y las transforme en numerosos y frondosos ramilletes de poemas? ¡Hummm! Difícil saberlo, pero tengo la impresión de que se trata irónicamente del mismo hongo que nutre las flores de la danza: un hongo muy voluble, inescrupuloso y agresivo llamado, Mercado. Y ese hongo actúa con esta lógica: la danza siempre ha sido un rito colectivo y hoy, más que colectivo, tiende a ser masivo, multitudinario; la gente baila en las casas, en los salones, en las calles, en los estadios, en grandes espacios abiertos por empresarios ávidos de ganancias. La poesía, en cambio, y sobre todo la tanguera, responde a una ceremonia más íntima, de pequeñas sectas ya sin cuchillo y sin coraje y en buena medida, es un ejercicio de hombres y mujeres que siguen estando solos y siguen esperando; con una enfermedad muy común entre ellos –bajo nivel de consumismo- y en consecuencia generadores de bajísima rentabilidad. ¿Conclusiones de los expertos en marketing? Hay que sostener y si es del caso promocionar, el tango instrumental y para danzar. Incluso podemos tener delicadezas con los palcos de “elite”. Tenemos buenos ejemplos con réditos no desdeñables : la Real Filarmónica de Londres, La Sinfónica de Toulousse, Yo-yo Ma con Jorge Calandrelli y su Conjunto de Cámara, Guidon Kremer y para no escarbar más hondo, ahí tenemos el taquillazo de TANGO , la película de Sauradonde abunda la poesía visual, musical y dancística, pero casi desaparece la literaria. Bussines is bussines.
Total: en mi opinión, existen unas condiciones histórico-culturales (existencia y permanencia de Buenos Aires y de la “porteñidad”, las principales); las formidables y probadas potencialidades del tango, para hacer tránsito a las más complejas elevadas elaboraciones musicales, de manera que lo oiremos en grandes salas de concierto convertido en : ¿Opera? (recordemos a María de Buenos Aires), ¿en Sinfonía?, ¿en Sonata?, ¿en Cuarteto?, en……? Y, finalmente y por fortuna, existen ya unas tecnologías de conservación de los patrimonios culturales, cuyos nombres son ya bien conocidos aunque poco canyengues, que le garantizan al tango una pequeña eternidad. Y si acaso llegara a suceder la muerte de su poesía, será porque la acribille ese moderno, implacable e insensible asesino: el ¡MERCADO! …Y eso es dudoso. La poesía bebe de las mismas fuentes del Ave Fénix.
Así que, si me piden una opinión cargada de futurología sobre el rey del 2 x 4 (aunque me gusta más el 4 x 8) diré que cuando yo haya muerto –y el día esté lejano- Gardel seguirá cantando cada día mejor y en el sitio más inesperado y recóndito sonará siempre un tango: la Canción de Buenos Aires.

Bernardo.