El tango, la sandía y el yajé

EL TANGO LA SANDIA Y EL YAJÉ (A Katuche)
(O la NOCTURNIDAD DEL TANGO)

(Luego de leer un poema de Horacio Ferrer y mientras saboreaba
un trozo de sandía, un día después de una “toma de yajé”)

Morfando una sandía al fín de un tango,
de pie frente a un poema de Ferrer,
hoy para siempre comprobé cantando,
que a tus orillas, sin un solo mango,
oyendo tangos es una dicha Ser.

Talvez porque el gotán es la manía
de los que ansiamos en cada anochecer,
un esquinazo a la melancolía,
una zonita verde de alegría
y morirnos de un sueño…y renacer.

Y es que el tango es nocturno; va de retro
su profunda y sensual oscuridad,
no acostumbra rezar el Padrenuestro,
si al fin no tiene más que un Mandamiento:
vivir sin perseguir la Eternidad.

La mañana?...Dejásela a las rosas
pa´que puedan de luz enloquecer,
o simplemente decidir qué cosas
-entre abejas, rocío y mariposas-
precisan las ceremonias de su sed.

El medio día?...!Bah!...almuerzo y siesta
(rutinas miserables, vos sabés)
quien no sueña en la tarde se indigesta,
es un ejecutivo, un aguafiestas
y si no, preguntáselo a Gardel.

El Mago del Abasto sí sabía
lo que otros sólo saben al revés:
la vasta noche es lo mejor del día,
la muerte lo más cierto de la vida,
lo demás es milonga…puro estrés!

Bernardo. Abril 1.995