Soneto a una alcantarilla

(A Eduardo Serrano y Ben Molar, a un año
de un gratísimo viaje a Buenos Aires en su
peor momento)

Acostumbrada a devorar a basura,
aguas errantes –limpias o podridas-
a servir a las ratas de guarida
y a los mosquitos de partera oscura,

hoy es cámara ardiente y sepultura,
donde yace en silencio, enmohecida,
por una fatalidad inmerecida,
la maquinita de grabar ternura.

Noche de gloria y alba de naufragios,
en aquel Buenos Aires sin presagios,
una cloaca ahogó mi berretín…

Fue en la Avenida Santa Fé en Palermo,
un instante en que Dios estaba enfermo
y veníamos los tres de San Martín.

Bernardo
Agosto 29 de 1.998

N.B.
Para que la alcantarilla del olvido, no devore también la memoria de
lo perdido aquella noche, vale decir que en el cassette de la maquinita sumergida, estaba gravada la entrevista que para Tiempo de Tango,
le hiciéramos a Don Julio Martel, en los camerinos del Teatro del Partido
de San Martín y el Concierto que en su homenaje realizara la Orquesta
Símbolo de Alfredo de Angelis, bajo la dirección de su hija Gigí de Angelis.
A nuestro lado, muy cerca al escenario, un sucubo sudoroso vociferaba cada
dos minutos:!Idolo!