Acerca de un berretín que se volvió metejó

Queridos sectarios, Adorables sectarias: Reunir algunos escritos y uno que otro documento rescatados de 20 -¡ojo!, jubilosos, no jubilados- años de entrañable tertulia tanguera, no es propiamente levantarle un Obelisco a la nostalgia. Prefiero creer que es un delicioso ejercicio de evocación, de tantos gratos momentos felizmente compartidos durante ese tiempo y no una patética contabilidad de alegrías arrasadas por el tiempo.

También reconozco que, de algún modo, es una milonguera continuación del viejo aunque inútil combate contra el olvido, ese metafísico borrador de páginas existenciales escritas a lápiz. Por fortuna, durante estos 15 años hemos escrito en sabrosa camaradería, muchas de esas páginas con la Tinta Roja de la emoción, el afecto y la cachada, sobre el paredón que hace esquina con el San Juan y Boedo de la memoria: justo la mejor ochava del Recuerdo. En ella nos hemos dado cita con Miguel y su efímero entusiasmo; con Jairo y sus virutas abandonadas; con Luz Elena, Cielo, Freddy y el “Cachafaz” caleño, todos y cada uno y una con sus firuletes más floridos y sus cortes y quebradas más generosos; con Rocío Cárdenas y su enriquecedora sapiencia musical; con Gloria Castro y Domenici y algún atisbo de promesa entre ballet y tango; con Pepe Zuleta, su risa ya casi legendaria y una audición a su cuenta; con “Checho” y Clarita y sus credenciales con visa permanente para el Bolero y el Tango. En fin, más de un pariente y amigos queridos, han entrado en nuestro sancta santorum canyengue , han brindado con nuestros licores más espiritosos y disfrutado la exquisita magia culinaria de nuestras sumas sacerdotisas de la Secta, mientras todos nos sumergíamos en las purificadoras aguas del mejor Tango. Y no sería una macana decir que, de una bohemia auténtica e interesante que aún puede sobrevivir en nuestro medio, la Secta del Cuchillo y del Coraje es uno de sus bastiones sonoros e invisibles: “con humor y amor” como diría el Chess Rano, hemos hablado de lo divino y de lo humano, tratando de no regalarle nada a los dioses y de no quitarle nada a los humanos; mojando la ironía con brandy cuando es posible, el sarcasmo con cicuta cuando es necesario y el reconocimiento y el elogio con ambrosía cuando son merecidos. Sobra decir que, como todos, solemos equivocarnos; pero estamos seguros de que casi siempre nos equivocamos bien, no mal.

Repasemos pues estos quince años, a través de algunos hitos consignados en los programas de las audiciones mensuales que hemos podido conservar; en el fulgurante y efímero Boletín “TIEMPO DE TANGO”; en el también efímero aunque no tan fulgurante Programa Radial del mismo nombre; en los registros provocados por las peregrinaciones a la Meca del Tango, que ha podido hacer el Sanedrín de la Secta, y por el intenso intercambio cibernético de la misma. Las omisiones corren a cargo del malevo Alzheimer y las acciones son mérito de una mina atorrante: Doña Memoria. A ellos y sólo a ellos, se debe reclamar cualquier dato fulero o engrupido o algún deschave chiqué….!Ah!. En estos 15 años hay dos ganadores absolutos, creo yo: el Tango y la Amistad!.

Bernardo.